viernes, 14 de noviembre de 2008

Cambio de piel a la interperie


Estaba tecleando en el ordenador a tontas y a locas (son las más fáciles, decían Les Luthiers) cuando se me antojó volver el aspecto del blog algo más acogedor y otoñal. Vamos, acorde con este clima que empieza haciéndote tiritar por la mañana y tomar una caña con olivitas en una terraza al sol antes de comer.

Por cierto, que esta estación sea algo más destemplada que la anterior, pues la temperatura a lo largo del día fluctúa lo suyo, y que el tiempo se vuelva un poco loco (ahora llueve, ahora sol, ahora vientos racheados de componente noroeste) provoca no pocos quebraderos de cabeza al que se halla en la intemperie. Y pongo en negrita todas estas palabras porque pertenecen al mismo campo léxico (vamos, que tienen un origen común).

Sin embargo, oímos (y lo que es peor, escuchamos --porque no es lo mismo, como no es lo mismo ver que mirar, pues en los dos casos el último verbo implica voluntad--) que si hace tantos grados bajo cero a la interperie. Que lo digan los periódicos gratuitos, vale. Pero no lo admitamos entre nosotros ni en los medios serios. Que yo sepa, para que haya interperie necesitaríamos dos peries. El problema es que no existen ni peries in interperies. Si nos quedásemos a la intemperie, bajaría nuestra temperatura corporal y nos destemplaríamos; en algunos casos perderíamos el temple o la templanza; en la mayoría, nos acordaríamos de la madre del hombre del tiempo. Menos mal que siempre nos quedaría el consuelo de la música. Si lleváramos el mp4 podríamos escuchar El clave bien temperado de Bach para entrar en calor.

3 comentarios:

COCOLISO dijo...

Pues nada, voy a comentarme a mí mismo, para que parezca que por aquí pasa algo más que matojos secos empujados por el viento bajo el sol implacable del lejano oeste...

Anónimo dijo...

Leo las entradas del blog con asiduidad (que conste que la he buscado), pero lo de comentarlas ya me viene más cuesta arriba. Quizá faltaba que alguien rompiera el hielo, aunque fueras tú mismo. Te podrías plantear empezar la entrada normal y acabarla con un comentario, así siempre habría uno.
Otro motivo de la falta de comentarios es la calidad, siento que no van a estar a la altura de la entrada, pero bueno, si pudiera hacer comentarios de ese nivel escribiría yo mismo un blog. De todas maneras, supongo que agradecerás más un mal comentario que el mejor de los silencios (o habría que decir "no comentarios", porque el comentario no se oye mucho, a no ser que se lea en voz alta, y no conozco a ningún comentario que sepa leer).
Releyendo lo último que he escrito me doy cuenta de que hay que acabar, así que, siendo políticamente correcto (y, sin embargo, sincero), me gusta mucho el blog y espero que tenga muchas entradas, a pesar de la falta de comentarios.
Ah, perdona las faltas de ortografía, de puntuación, etc. uno hace lo que puede.

COCOLISO dijo...

Que conste que aquí uno no quiere sentar cátedra, que servidor es el primero en meter la pata hasta el sobaco.
Yo diría más bien que mi blog es de calidad "Hacendado". Pero seguramente para hacerlo más participativo habría que acabar las entradas de una forma que invite a la intervención.
Por cierto... ¡¡¡gracias!!! desde luego, un comentario "asina" como el tuyo vale por 100 aunque tuviera más faltas que un dictado de 2º de ESO.