domingo, 7 de diciembre de 2008

Puente de la Inmaculada Constitución

¿Qué celebramos este puente? ¿El día de la Constitución? ¿El de la Inmaculada Concepción (ya, ya, inmaculada: que se lo digan a San José)? ¿Que ya es Navidad en el Corte Inglés?

La respuesta es muy sencilla: de puente, nada. Esta vez no pueden echarnos en cara a los profesores que vaya puentes nos cogemos, porque los días 5 y 9 son laborables y el 7 cae en domingo. Más difícil es el asunto de la celebración. La Consti la celebran unos pocos con jornadas de puertas abiertas de Cortes varias que, en la mayor parte de los casos, sirven para alabar al presidente de comunidad autónoma de turno (léanse algún periódico valenciano, si no). El día de las Conchis es celebrado por las homónimas y aproximadamente el 1'5% de los creyentes católicos (del 90% que dicen que hay en este país respecto a la población atea, musulmana o judeomasónica, o sea, el otro 10% de los españoles --cifras poco fidedignas, por cierto, porque me las he inventado yo, pero siempre nos recuerdan que es más o menos asín; otra cosa es que nos lo creamos--).
Pero ante nombres tan rimbombantes como el de la Carta Magna o el verdadero que hay detrás de las Conchitas españolas (si hay alguna en países americanos debe haberse exiliado ya, conshatumadre, porque allí la concha es directamente proporcional a la figa valenciana), yo prefiero llamar a estos días los de la Inmaculada Constitución. Suena más rimbombante aún. Pero no lo es para menos teniendo en cuenta que no se le ha metido mano para adaptarla a los cambios sociales en 30 años, tal y como observan en El Jueves. Como mucho, la puntita en algún artículo. Pero sigue con su himen impoluto como una tal Maruja de hace más de 2000 tacos. ¿No va siendo hora de darle una alegría a la moza?

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