domingo, 13 de septiembre de 2009

Algo huele a podrido

... y no es en Dinamarca, como en Hamlet. Según el leader de la oposición antiZP, es en Benidorm.
¡Acabáramos! Llueve sobre mojado, y los allí residentes (english or spanish people?) ya estaban sobreavisados de la situación en 1991, cuando nuestro ex Molt Honorable Eduardo Zaplana alcanzó la alcaldía gracias a una moción de censura al PSOE. Moción que prosperó gracias a la nada desdeñable ayuda de lo que hoy se considera "tránsfuga". Además, es curioso que esa misma persona que aupó al de "nos vamos a forrá" es la que se va a quedar en el paro cuando prospere la contramoción que pone los pelos como escarpias al PP de la Valencian Comunity y, por ende, al de Génova (Génova de Madriz, no la italiana; allí son más de Berlusconi, pero bueno, lo mismo da que muerda un perro que una perra).


¡¡Es él, es él!! (Y la ínclita tránsfuga). FOTO: Santiago Carreguí, 1991.
Resulta no menos curioso que los ex-ediles del PSOE también sean tachados de tránsfugas cuando, tras ser amenazados de expulsión de su partido, decidieron abandonarlo para trabajar (o no) por el municipio. Cosas del diccionario de los políticos, donde la polisemia y la antonimia se confunden tan a menudo en los mismos conceptos.

No conozco el grado de encabronamiento político en Alemania, pero me da que deberíamos aprender de allí para rebajar humos. Para dar fe de ello, cotilleen algunos de los carteles electorales de las recientes elecciones teutonas, nunca mejor dicho:



Oteando lo oteado, queda claro que, aunque el partido de la Merckel "tenga más que ofrecer" (el bienintencionado lector habrá apreciado que en la propaganda de la CDU no se hace ningún tipo de insinuación pese a los escotazos mostrados), a los equivalentes peperos y sociatas germanos no les ha ido nada bien, y los antes partidos minoritarios ya no lo son tanto (su suma se aproxima al 40%; igualico que aquí). El ascenso de los Verdes ha sido tan espectacular como los morenos glúteos del cartel --ésta va por los Miércoles Fotográficos.

Simplificando: los dichos populares (admítase cualquier interpretación de "populares") pierden validez hoy día. Ya no "tiran más dos tetas que dos carretas", y eso que las pechugas exhibidas deben pesar lo suyo. Se lleva más el "pompis agarrao": uséase, vale más glúteo en mano que escote ventilado. Y volviendo a lo podrido: yo que usté, Mariano, me hacía mirar el olfato en el otorrino. Oler a podrido tan lejos cuando no se huele nada en algo tan próximo como el caso Correa tiene tintes de miopía olfativa galopante. De las que pasan factura. (¿Dije facturas? Ah, sí. Pero no de trajes, ¿verdad?).